Menos presión
El balance, a estas alturas, sólo puede ser provisional
24 de Julio 2019
Adaptación de un artículo de Santi Terraza para la revista "Castells"
E El primer tramo de temporada ofrece unos resultados globales inferiores a los del año pasado; y notablemente inferiores a los de hace dos años. Es una situación generalizada entre las colles de distintos niveles, que salvo algunas excepciones (como las de los Minyons de Terrassa, los Xiquets de Reus o los Castellers de Sant Pere i Sant Pau, entre pocas más), han optado por reducir el nivel de exigencia. Pero un análisis objetivo de los datos - que en castells siempre son imperfectos - expone que la situación ni es crítica (al menos, hasta ahora) ni todos los castells llevan unos registros inferiores en este primer tramo.
Hay construcciones que en 2019 presentan unos resultados en pronunciado descenso en relación con las últimas temporadas. El 4d9 amb folre es el caso más evidente. A estas alturas sólo se han descargado seis y - lo más preocupante - se han registrado cinco caídas y diez intentos desmontados. El año pasado se habían descargado quince - sin caída - y hace dos, veintitrés, además de dos cargados. Los problemas del 4 son generalizados en todas las colles y, ninguna de las punteras ha mostrado hasta ahora garantías de dominio.
Pero, por el contrario, se ha registrado una mejora en las dos construcciones emmanillades básicas: la torre y el pilar. El índice de efectividad del 2019 es absoluto: cinco 2de9fm y dos pde8fm, todos descargados, en unas cifras globales mejores que en los dos últimos años. También el 5de8 presenta mejores datos que el año pasado, si bien en parte es cierto porque hay colles que no han conseguido llevar a plaza castells superiores y han optado por la catedral.
El balance, a estas alturas, sólo puede ser provisional. No únicamente porque todavía falta lo mejor de la temporada, sino porque el momento real para evaluar las colles punteras será en las grandes diades. Es evidente que, salvo los Minyons, el resto de colles de gama extra llegará a los grandes compromisos con menos músculo acumulado, pero en ninguna parte está escrito que no tengan la capacidad de mostrar su potencial en los momentos determinantes.
Los últimos años han supuesto un esfuerzo suplementario para la práctica totalidad de las colles. Y buena parte de esta energía extra ha sido dedicada a pasear construcciones de máxima exigencia en fechas que hasta entonces habían tenido obligaciones inferiores. Como, por ejemplo, los Capgrossos en les Santes (5de9f hace dos años y 2de9fm los dos últimos; este año 3d9f).
Ahora, con la obligada dosificación, es momento de reprogramar los planteamientos y racionalizar esfuerzos. La incógnita es cómo afrontarán estas colles los grandes compromisos de las próximas semanas sin haber invertido en diades menores con castells menores. Por ejemplo, cuando el cap de colla de los Castellers de Vilafranca, Toni Bach, programó a principios del 2016 llevar el 3de10fm a Vilanova había previsto levantar antes diez construcciones con manilles. Si este año, finalmente, vuelven a apostar por el castell de 10 en esta diada (está en el pláning, a la espera de cómo evolucionan los ensayos y la canalla), habrá hecho, en el mejor de los casos, tres. Y lo mismo ocurre con la Colla Vella: cuando en los últimos años se ha plantado en Firagost con castells del máximo nivel, antes ya habían afrontado la gama extra media (5de9f, 4de9fp ...), salvo en 2017 cuando abrieron en Sant Joan con un 3de10fm que condicionó parte de las semanas siguientes.
En fin, en castells, los datos sirven para analizar, comparar y objetivar. Pero, en ningún caso, para garantizar nada. Los condicionantes de cada colla con ensayos, bajas, canalla no quedan reflejados en los fríos números, y son los elementos que acaban determinando los resultados. Todo está abierto.